martes, 28 de diciembre de 2010

Aunque por fin hayan llegado las cosas que mas ansié en todo el año, no puedo llevarlas a cabo debido a que ando con pijama todo el día. Con el tillo tenemos pensado hacer muchas cositas y esas cositas son más que hacer cositas, es secreto, aunque un secreto no como el libro.
Hay veces que tengo que hacer, no sé por donde empezar termino haciendo cosas que no tienen nada que ver. Me gusta mirar a mi perra cuando está a punto de cerrar sus ojos para dormir, no era como el dinki, que le costaba cerrar los ojos, porque era medio desconcentrado para todo lo que hacía. A veces me siento como él, una vez estaba pelando las papas y no me di cuenta de que estaba echando las cascaras al pote y las papas al basurero.
Me siento más tranquila si de ahora en adelante comienzo a andar en bicicleta por las tardes, camino con la Cristóbal en el centro y tomo café helado con el tillo en cualquier parte.
Ayer cuando iba a abrir la puerta del colectivo un auto lo choca por detrás y no supe como reaccionar, sólo alcancé a ver que el chofer era un pelirrojo con pecas, para este tipo de cosas debería existir un Manual de Carreño, no de como tomar el tenedor con una alcachofa.
Mejor prefiero tomarme un tecito con Sarita Vázquez, hablar de pudls y tarjetitas navideñas con música, de lo bonito que es la vida siempre y cuando uno sepa martillar o sepa pelar bien un pepino, de lo bonito que son los stickers y de como el amor cambia a alguien de la manera mas sabrosa y dulce que una niña pueda explorar en sus rodillas peladas.

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