viernes, 25 de septiembre de 2009

Aunque el suelo estaba un poco helado y tu tenías la polera verde, estaban ricas las alcachofas y chilenitos que comiamos debajo de la cama.
Ando un poco chascona como siempre, pero a ti no te molesta y me dejas ser feliz sin mi peineta, por mientras la tía beyonce le gustó a mi mamá y compartían cafecitos con galletitas incautas de la perdición.
Y todo eso pasaba cuando intentaba lavar la loza con el agua de papel celofán, que cada vez se me hacía más dificil si la Cristo me mordía el pantalón y si tú me ofrecías bilz o me preguntabas a donde iríamos. Los pasillos del Hotel eran rojos como los tacones lejanos y parecían pasto donde nuestros pies se enterraban sin porqués. La verdad es que no entiendo nada porque a veces no tengo mi oreja con aros grandes, y si los tubiera sería sabiduría máxima, me lo contaste en una clase de Lo vial por la tarde.
Me gusta cuando juegas con mi pelo y cuando te escondes en mi cuello, ahora todo es más tranquilo por mi parte, me sacas pica porque estarás en pijama todo el día y pierdes la apuesta porque eres mi menso favorito. Nunca me crees nada, sólo cuando te dije que venía de la luna y decidiste ser mi cable a tierra.

1 comentario:

Tillo dijo...

y el jugo de piña en la caraa a la vieja entrega papeles.
que se cree.
300-00 contra la vieja. ganamo vencimo la zumba que les dimos..

jajaja me acorde de "jaaamaaaaaas, jamas..."