martes, 1 de junio de 2010

Si me dicen olivia de nuevo, les corto un coco, lo descuero, lo pongo al sol a secar y me los hago collar. Los paros son como el palo sin erre y sin ese, los calcetines están hediondos a suelo, mis pulmones ya no soportan el metro y si la maría no tiene útero, weá della.
Si dibujan a la olivia en la pizarra de nuevo, le pego en la mano con un martillo primero, le corto el dedo (ése que esta entre el dedo del medio y el meñique), con un serruxo, pero antes le saco la mugresita de las uñas y con un desatornillador le saco el ombligo. Creo que vomitar o desmayarse en la disertación es lo más presente que tengo presente en mi presente.

1 comentario:

Tillo dijo...

ya me abrigué pero sin equis porfaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.

tú eres bonita abrigada y nadie mas.